ATAQUES ENERGÉTICOS PARA HACER SUFRIR AL PUEBLO
La derecha internacional y la oposición intentaron sembrar caos para incomodar a la gente, a fin de responsabilizar al Gobierno Nacional
Por: Juan Ramón Lugo
4 abril, 2019
El sabotaje al Sistema Eléctrico Nacional (SEN) dejó consecuencias funestas para todos los sectores de la población. En mayor o menor magnitud, la crisis se sintió en todas las regiones del país. La mayoría de los voceros del Gobierno Nacional coincidieron en que el artero ataque tenía la intención de someter al pueblo venezolano a varios días sin suministro de servicio eléctrico para dejar diversas áreas vitales de la nación fuera de acción.
En el fondo, la idea era generar incomodidad al pueblo y que este descargara su rabia y descontento achacando la responsabilidad de todos los males al gobierno del presidente Nicolás Maduro.
Los actos terroristas ocurrieron los días 7 y 8 de marzo, días cuando “cortaron la electricidad con un ataque cibernético”. Luego el 9 de marzo ocurrió otro zarpazo electromagnético. Dos días después se produjeron los ataques físicos a varias subestaciones. En estos dos últimos casos, los operadores del sabotaje propiciaban fugas de gas y luego encendían los componentes eléctricos de las distribuidoras de energía en cada municipio. El caso más emblemático sucedió en la subestación Humboldt en Baruta, en el área metropolitana de Caracas.
El 29 y 30 de marzo acaecieron dos nuevos ataques al SEN de manera sincronizada, que se efectuaron en momentos en que “la acción decidida y tenaz del Gobierno y los trabajadores de Corpoelec habían logrado el restablecimiento del servicio eléctrico” tras los ataques de los primeros días del mes.
En esta nueva escalada terrorista, la oposición venezolana, de la mano del gobierno de Donald Trump, atentó contra el SEN al utilizar a francotiradores, quienes portaban rifles de alto calibre con los cuales dispararon al corazón de la central hidroeléctrica de Guri, lo que generó un daño que dejó horas sin luz a más de 23 estados del país.
“Aquí estoy (…) enfrentando el ataque más vil, criminal, cruento y sucio que jamás se haya hecho contra el pueblo de Venezuela. Venezuela quizá es el primer país del mundo que ha sido víctima de la tecnología estadounidense de ataque cibernético”, expresó el presidente Nicolás Maduro desde el Palacio de Miraflores tras uno de los sabotajes.
Ante todo esto, explicó Nicolás Maduro, se reunió a un equipo de venezolanos expertos en la materia, quienes ayudaron a la recuperación parcial del cerebro computarizado del Guri, luego el nacional, lo que hizo que se fuera superando los ataques cibernéticos, que ya hoy se comprueba que son posibles y que provienen del gobierno de Estados Unidos.
No es ciencia ficción, es real
Cuando los voceros del Gobierno Nacional anunciaron que los apagones ocurridos durante el mes de marzo eran producto de un acto terrorista, dirigido por el gobierno del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, pocos creyeron en esa tesis. No obstante, el columnista de la revista Forbes, Kalev Leetaru, académico y emprendedor estadounidense con más de 20 años de experiencia en el mundo de internet, egresado de la Escuela de Servicio Exterior Edmund A. Walsh en la Universidad de Georgetown, publicó un artículo en el que señala que las fallas masivas en el servicio eléctrico que se viven desde el pasado 7 de marzo se debían a un ataque informático al sistema que controla la principal central hidroeléctrica del Guri, ubicada en Guayana.
“La idea de que un Estado nación extranjero manipule la red eléctrica de un adversario para forzar una transición gubernamental es muy real”, señala el autor de la revista especializada en negocios en un trabajo publicado en su página Web y que fue citado por la página de la emisora Alba Ciudad 96.3 FM.
Indica Leetaru que, en un artículo previo en 2015, él exploró el concepto de “primer ataque cibernético”, en el que los gobiernos utilizarían técnicas de guerra cibernética y otras formas de agresiones, con el fin de debilitar a un adversario antes de iniciar una invasión convencional, o con el fin de causar una transición en el gobierno de un país enemigo. Se busca que estos ataques no dejen evidencias, de forma tal que el gobierno atacante pueda negar haberlo hecho.
El columnista señala que con estos ataques se puede interrumpir el suministro de energía y agua, afectar el tráfico vehicular, ralentizar o bloquear internet, causar caos en viviendas y edificios con instalaciones informáticas “inteligentes” e incluso desencadenar fallas catastróficas en centrales nucleares de forma remota. Son temas cada vez más discutidos entre miembros de la Seguridad Nacional estadounidense, quienes las presentan como “tácticas legítimas y legales para socavar un estado extranjero”.
Agrega que para este tipo de sabotajes, los EEUU crearon en 2009 el Cibercomando o Comando Cibernético, uno de los 10 comandos unificados del Departamento de Defensa de ese país.
bajo La Matica / H. Andrade

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